Un superhéroe bien argento recorre el país junto a la categoría de Automovilismo Top Race, donde participan los pilotos más conocidos en el orden nacional.
Piloto X es el emblema del programa “Compromiso Social” que desarrolla el Departamento de Marketing y Promoción de Top Race.
Transmitiendo mensajes importantes y fomentando el deporte a través de diversas actividades solidarias y de inclusión social, el Piloto X lleva un mensaje positivo a cada una de las ciudades que la categoría visita alrededor del país.
De esa manera, por ejemplo, realiza charlas viales en los jardines y escuelas primarias de distintas localidades de Argentina con el objetivo de concientizar a los más pequeños en cuestiones referidas al tránsito, desde finales de 2011 y con más de 650 charlas a lo largo y a lo ancho del país.
Las charlas son de sencillo entendimiento, muy didácticas y con la activa participación de los niños, donde lo que se busca es, que a través de su inquietud, ellos se conviertan en “Pequeños Árbitros” de los mayores, quienes son los infractores. Y que, además, cultivan una participación vial activa.
Al final de las mismas se les entrega un material didáctico (hojas para colorear) para que sigan trabajando sobre el tema.
Al mismo tiempo, promueve un mensaje de inclusión social, por ejemplo, en las acciones que realiza en conjunto con Best Buddies, un movimiento mundial de voluntariado, que profesa la igualdad social y laboral de personas con discapacidad intelectual. Y su compromiso con ASDRA y BEST BUDDIES.
El Piloto X comenzó con un trabajo incansable hace varios años y, con el correr del tiempo, se transformó en un símbolo del Top Race en lo que a fines solidarios y de inclusión, respecta.
Contenido de la charla: Los temas fundamentales que se resaltan son semáforo, sus colores, la senada peatonal, el uso del celular, la utilización del casco, el uso del cinturón de seguridad.
Las charlas duran unos 25 minutos y los tips más usuales en las charlas del Polito X son: prestar atención en la calle; caminar por la vereda; no esperar a cruzar la calle debajo del cordón; saber qué lugar les corresponde en los viajes en auto y no sacar los brazos y cabeza por la ventanilla. Y en lo que refiere al casco, al cinturón y al celular que los niños lo adquieran y funcionen como pequeños árbitros con los mayores, que somos quienes incumplimos, pero lo realizamos en momentos que quizás nos toca interactuar con ellos.
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