A diferencia de los otros vehículos es el que más beneficios le brinda al ser humano no solo en materia de placer, sino también de salud. Sin embargo, la bicicleta está aún lejos de ganar la preferencia de los tucumanos como vehículo para trasladarse de un lugar a otro.
Frente al volante bastan apenas unos segundos para que aquello que comenzó como un paseo familiar o un recorrido rutinario se convierta en tragedia. En el ámbito local, las cifras de accidentes viales continúan creciendo y dejan por detrás daños humanos y materiales irreparables, que se suman a gastos que superan el millón de dólares en el tratamiento hospitalario de los heridos.
Los problemas que más nos marcan (o nos matan) en las rutas tucumanas son la imprudencia a bordo de las motos, la alta velocidad y, en tercer lugar en el ranking de riesgos viales, algo que se repite en el NEA y el NOA: los animales sueltos, que en nuestra provincia han sido los causantes de a menos nueve accidentes en lo que va de 2019, uno de ellos mortal.