La mirada de los especialistas

Volvieron las clases y ¡el tránsito lo sabe!

Con la vuelta de los chicos al cole, retornaron aquellos “desembarcos de Normandía” viales en las puertas de los establecimientos educativos en las grandes ciudades.

 

 

Con la vuelta de los chicos al cole, retornaron aquellos “desembarcos de Normandía” viales en las puertas de los establecimientos educativos en las grandes ciudades.

 

Vamos a tomar lista de los presentes: los de la doble fila, los padres que se acercan a pie, los que llegan en bici y demás ciclistas, micros escolares, bocinazos, demoras y en el medio los alumnos. Todos presentes en este micro caos que suele registrarse cerca de las 8 de la mañana, al mediodía y por la tarde cerca de las 17hs.

 

Muchas veces parece una “clase de música”, pero cambiamos las flautas dulces por las bocinas del resto de los automovilistas que intentan circular por las calzadas reducidas y demoradas.

 

Los “doblefilistas” son aquellos que, generalmente, llegan sobre la hora del timbre. Conseguir un lugar para estacionar es casi una cuestión de suerte. Esa baliza puede titilar por algunos minutos en cualquier parte de todo este escenario vial: plena calzada, esquinas, ochavas, rampas, pasos peatonales. Esto se llama sencillamente mal estacionamiento y está contemplado por la ley nacional de tránsito Ley Nº 24.449 con multas.

 

Vamos con los peatones. Les cuento una experiencia que viví en los últimos días en el barrio porteño de Belgrano. Doblé para incorporarme a la Av. Juramento. Circulaba en mi vehículo a baja velocidad, pero aun así me sorprendió una mujer con un bebé en brazos que intentó cruzar por el medio de la avenida. No necesité realizar maniobras bruscas o frenadas porque, insisto, venía a baja velocidad. Pero quedé realmente impactada por la situación y por el potencial desastre. El peatón debe hacerse cargo también de sus obligaciones a la hora de circular: cruzar por las esquinas con sendas peatonales, cuando los semáforos lo indiquen y mirando en ambos lados.

 

En los últimos años, sobre todo después de la pandemia, el uso de la bicicleta creció un 30% . Su sustentabilidad, el incremento de km de bicisendas y la posibilidad de pagar en cuotas favorecieron este incremento sumándose plenamente como un nuevo actor vial. Así mismo, se vendieron más sillas adaptadas para el traslado de menores en las bicis. 

En este caso resulta importante resaltar que los ciclistas, salvo que sean menores de 12 años, no pueden circular por las veredas.

 

¿Quiénes pueden ayudarnos? La escuela y el estado. Ambos deben disponer de claras reglas y protocolos para garantizar la fluidez en entradas y salidas. Un ejemplo es el programa “Sube y baja”  del gobierno de la Ciudad que propone pautas para organizar este momento tan lindo como ir a buscar a tu hijo al colegio 

 

La puerta del cole es una excelente oportunidad práctica para replicar ejemplos de conciencia vial.  Demostrarle a los más chicos que las normas de tránsito deben ser respetadas para poder construir una sociedad segura para ellos.

Simplemente, por ellos. Por vos. Por todos.

 

 

 

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