"Tenías que ser mujer…” “Siempre manejan lento…” “Tu lugar es la cocina…” esas son algunas de las expresiones que reciben las mujeres en la vía pública a la hora de estar frente al volante. Frases que, forman parte de una serie de estereotipos en las que se las encasilla como “malas conductoras” por un exceso de prudencia y respeto de las leyes de tránsito.
Romina Winer
Tránsito & Movilidad
@nacionalAM870 | @NacionalRock937 | @folkloricafm987
VicePte @APTTA_
Periodista. Máster en Sostenibilidad
"Tenías que ser mujer…” “Siempre manejan lento…” “Tu lugar es la cocina…” esas son algunas de las expresiones que reciben las mujeres en la vía pública a la hora de estar frente al volante. Frases que, forman parte de una serie de estereotipos en las que se las encasilla como “malas conductoras” por un exceso de prudencia y respeto de las leyes de tránsito.
Ante esta realidad y con la finalidad de romper con los conceptos y prejuicios vigentes al conducir, se implementa la obligatoriedad del curso de género como parte de los contenidos mínimos de educación vial para quienes obtengan la Licencia Nacional de Conducir por primera vez.
La perspectiva y los contenidos de género apuntan a concientizar sobre el impacto de las conductas viales. Esta perspectiva introduce el respeto a las normas de tránsito, considerando que las mujeres generalmente son mucho más respetuosas de las normativas. Por lo que, es imprescindible contagiar las buenas prácticas en la sociedad para obtener mejores conductores. Y, así se logrará disminuir el alto indicie de siniestros viales que ocurren en Argentina.
A partir de la introducción de la perspectiva de género en la agenda vial y, de hecho, en la vía pública, se está concibiendo el tránsito desde un lugar plural, inclusivo y solidario, sentando las bases para la construcción de una nueva cultura vial que ponga en valor el respeto por el otro.
La capacitación en género, de carácter obligatoria, aspira a que los ciudadanos incorporen elementos y herramientas que les permitan reflexionar sobre sus conductas y, sobre todo, derribar los estereotipos en materia de movilidad que no contribuyen a una convivencia pacífica en el espacio público.
El curso, si bien, es un paso obligatorio al inicio del trámite de la obtención por primera vez de la Licencia de Conducir, no cuenta con una instancia de evaluación. El objetivo es concientizar sobre las maneras de circular y visibilizar las conductas riesgosas que, con raíz en una cuestión de género, impacta en la vida de quienes conducen y en la de los demás.
LOS NÚMEROS
Más de 400 mil personas iniciaron el trámite para obtener la Licencia Nacional de Conducir el año pasado.
Actualmente, del total de licencias en todo el país, los varones representan el 70 por ciento y las mujeres el 30.
Durante el período 2010-2019, existió un gradual incremento en la cantidad de licencias otorgadas a conductoras mujeres: se pasó de 20.229 licencias otorgadas en 2010 a 1.141.494 en 2019.
La introducción de la perspectiva de género es una iniciativa pionera en la región que, busca introducir esta mirada como una manera más de repensar los modos de circular y, así, reducir las actitudes riesgosas en el espacio público en ya sea en el rol de peatones, ciclistas, motociclistas, automovilista o conductores del transporte de cargas o pasajeros.