En su informe de abril, el Observatorio del Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV) destacó que “en tiempos de coronavirus, las tasas de siniestros viales descienden a partir de la obligatoriedad del aislamiento. Sin embargo, y tal como lo anticipamos, las cifras son suficientemente graves como para establecer el alerta”.
“Parte de un tercio de las muertes viales ocurridas en abril fueron primero heridos graves que, al igual a los que hoy permanecen en esa condición, solicitan cuidados intensivos similares y utilizan las mismas camas y parte de la aparatología que los afectados graves por el COVID-19”, advirtió el Observatorio.
“Es sumamente importante continuar trabajando sobre la ‘pandemia vial’ y no ‘relajarnos’ pensando en que la reducida movilidad es ‘solución’ al problema. En proporción, es igual o peor debido al exceso de confianza y a una mayor velocidad aplicada. Todo esto como consecuencia de una mejor fluidez en las vías”, explicaron los especialistas.
Contrastando abril de 2020, ya con el aislamiento en curso, respecto de abril de 2019, los siniestros viales graves descendieron un 67%. Por su parte, la mortalidad vial cayó un 56%.
Siempre en la comparación interanual, la morbilidad vial, indicador que pondera los lesionados graves como consecuencia de los siniestros viales, retrocedió un 72%.
Por otra parte, la relación muerto por siniestro vial grave, una relación que permite establecer la gravedad o “virulencia” del siniestro vial, avanzó de 0,29 a 0,39 muertes por cada siniestro vial grave.
Así se confirma la tendencia que había comenzando a observarse en febrero cuando, con el aislamiento recién instaurado, los siniestros viales graves habían retrocedido un 13,2%. Por su parte, la mortalidad y la morbilidad vial habían registrado bajas de más del 30%.
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