Las estadísticas de San Carlos de Bariloche sobre cumplimiento de normas de tránsito y seguridad vial dieron cuenta que sólo el 50,5% de los conductores usan el cinturón de seguridad (descendiendo al 30% en calles céntricas), y sólo el 37% de los acompañantes lo utilizan (y en el centro, entre el 15 y el 20%).
En los últimos años, la Municipalidad ha sumado distintas herramientas que apuntan a que cada infracción de tránsito tenga consecuencias para el conductor. La incorporación de las fotomultas en semáforos en 2020 y la llegada de los radares de control de velocidad hace pocos meses, se suman a la nueva señalización horizontal que se está aplicando por primera vez en el radio céntrico, como una manera más de visibilizar las normas y alentar su cumplimiento, y a la inversión en nuevos equipos para los controles de alcoholemia en tiempos de Covid-19.
La tecnología trae nuevos recursos que se vuelcan al Plan de Seguridad Vial del Municipio, con el objetivo de fortalecer el rol estatal en el control del tránsito y de quienes infringen las normas más básicas de la circulación.
Una de las herramientas que se sumó recientemente, a comienzos de 2020, fue la de las fotomultas en los semáforos, para el control de cruces con luz roja. El sistema de cámaras registra las infracciones tanto en imágenes fijas como en video, con un sistema de encriptación homologado que garantiza la fiabilidad e inalterabilidad de los documentos de constatación.
Un dato interesante: la Ley Nacional de Tránsito no establece la obligatoriedad de cartelería de aviso en este tipo de fotomultas, con el criterio de que no es necesario reforzar un concepto tan elemental como es el de detenerse ante un semáforo en rojo. Los expertos en seguridad vial señalan que la señalización sería incluso contraproducente, generando especulación en los infractores crónicos. Si se ignora qué semáforos cuentan con cámaras de fotomultas automáticas, se generan mejores comportamientos en los conductores.
Durante 2020 la Municipalidad también incorporó cinemómetros -radares móviles de control de velocidad- homologados por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). En noviembre de 2020 se pusieron en operación los primeros, en Esandi, 12 de Octubre y Av. de los Pioneros.
El objetivo es que en las próximas etapas se sumen otras arterias de alta circulación, y que se incorporen también equipos fijos. En estos casos sí se incorporó la señalización obligatoria que establece la Ley Nacional de Tránsito, para que las multas que se aplican a los infractores sean legales. Los carteles sucesivos indican que hay un radar que vigila, marcan la velocidad máxima en el tramo, alertan que se vigila a todo tipo de vehículos e identifican a la Municipalidad como el órgano fiscalizador.
Hace pocas semanas, la Subsecretaría de Tránsito y Transporte sumó nueva tecnología a los controles de alcoholemia, para poder retomar los operativos con las precauciones extra que demanda la pandemia. Así, con fondos de coparticipación de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (que Bariloche recibe por ser un centro emisor de licencias nacionales de conducir) se adquirieron los primeros dos Dräger Alcotest® 5000, un tipo de equipo profesional de alta velocidad que permite realizar muchas pruebas en poco tiempo.
En tiempos de Covid, este tipo de artefactos no utiliza pipeta o boquilla individual, ya que la persona testeada no toca el alcotest ni con los labios ni con las manos. Y su embudo especial reduce el retroceso del aire espirado al mínimo, evitando así el riesgo de infecciones en las siguientes personas sometidas a las pruebas.
El alcotest no establece graduación alcóholica en sangre, sino que sólo detecta rápidamente la presencia de alcohol. De esta manera se realiza un control rápido y seguro sobre todos los conductores, y sólo en casos de presencia de alcohol se avanza con ese conductor específico en un nuevo control con los alcoholímetros con homologación y calibración aprobada por INTI y que establecen el nivel de gramos de alcohol por litro de sangre.
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