Bajar la velocidad en calles y avenidas,es la forma mas efectiva para reducir los frecuentes siniestros viales
Abordar aspectos claves para mejorar la movilidad en las ciudades, como desarrollar el transporte público, fomentar el uso de bicicletas y crear más áreas para peatones, según los expertos en seguridad vial que consultó la nación, son puntos fundamentales para elevar la calidad de vida, reducir los siniestros viales y aminorar el impacto climático.
Estas medidas se perfilan como los grandes pilares para crear entornos viales más seguros y sos- tenibles. Sin embargo, el punto fundamental que señalaron todos los expertos en el contexto del Congreso Internacional en Seguridad Vial, organizado por Bloomberg Philanthropies, es la necesidad de reducir las velocidades máximas en las ciudades a 30 kilómetros por hora en las calles y a 50, en las avenidas. Si bien hay capitales latinoamericanas, como Bogotá, que lo han implementado, en Buenos Aires las máximas aún son de 40 y 60, respectivamente.
Kelly Larson dirige el equipo de salud pública de Bloomberg Phi- lanthropies y trabajó en el área de salud de Nueva York, cuando Mi- chael Bloomberg fue alcalde de esa ciudad norteamericana. La experta asegura que la seguridad vial es un enorme problema de salud pública y un gran desafío para la economía de los países.
Trabajamos en muchas ciudades y realizamos campañas de alto impacto. Por ejemplo, mostramos a un cirujano hablando sobre las lesiones que ve por siniestros viales, o grabamos un testimonio de una madre que perdió a un hijo. Los siniestros viales son la principal causa de muerte en personas de 5 a 29 años en el mundo. Pero para que las cosas cambien hay que tener la voluntad política de poner este tema en agenda?, dijo Larson a la nación.
Becky Bavinger trabaja junto a Larson en el equipo de salud pública de Bloomberg Philanthropies. Ambas destacan la importancia de poner el foco en reducir las velocidades máximas a nivel mundial.
Hay muchos mitos sobre la velocidad. Se cree que eso aumenta la congestión y el tiempo en el tránsito, pero es exactamente lo contrario. Hay estudios que demuestran que el tránsito fluye más a velocidades más bajas y constantes y se producen muchos menos accidentes. La estrategia que algunas ciudades usaron para bajar las velocidades es empezar por las zonas escolares.
Eso se debe a que hay cierto consenso de que hay cuidar a los chicos y entonces los conductores se resisten menos a ese cambio que luego se puede expandir a otras zonas. Por supuesto, estos cambios deben estar acompañados por cámaras, multas e infraestructura para reducir la velocidad?, describió Bavinger.
En la ciudad de Buenos Aires, actualmente, la velocidad máxima en avenidas es de 60 kilómetros por hora y en calles es de 40. A su vez, hay excepciones. Por ejemplo, la avenida Corrientes entre Junín y Libertad, en donde la máxima es de 40, o pasajes o calles de convivencia que tienen máximas de 20. ?Constantemente realizamos estudios sobre cómo mejorar la movilidad con la seguridad vial como eje principal. Es por eso por lo que se trabaja en conjunto con diversas organizaciones reconocidas a nivel mundial y se tienen en cuenta sus aportes en cada una de las áreas?, informaron desde la Secretaría de Transporte porteña a la nación.
Martín Galanternik es el fundador y director de MINU, una asociación civil dedicada a la promoción de la inclusión y participación de los jóvenes en diversos temas, tales como la seguridad vial. Ellos han reunido a 70 asociaciones que se enfocan en esa problemática y ahora están impulsando un proyecto de ley en la Argentina para modificar las velocidades máximas en zonas urbanas a nivel nacional, aunque de ser aprobada, luego cada provincia debería aceptarla e incorporarla.
Velocidades peligrosas? ?Identificamos que las velocidades que tenemos en Buenos Aires son peligrosas. Cuarenta y 60 es mucho. Toda la academia y la Organización Mundial de la Salud indica que son velocidades muy altas que no perdonan los errores humanos. Creamos una coalición argentina de movilidad segura donde dejamos las diferencias de lado y nos enfocamos en generar políticas que puedan generar cambios. Son mitos que yendo más despacio tardás más. La velocidad promedio en la Capital es 24 kilómetros por hora. Bajando la velocidad en general no te hace llegar más lento, sino que te perdona un error?, destacó Galanternik.
Felipe Ramírez, exsecretario de movilidad de Bogotá y director de movilidad urbana a nivel global del World Resources Institute, también señaló que es necesario bajar las velocidades máximas, pero ello debe ser parte de una mirada integral que ayude a repensar las diversas soluciones para la movilidad en grandes ciudades: ?El consenso total es que las ciudades deben ser pensadas para el transporte público, bicicletas y peatones?En Bogotá tener auto es sinónimo de estatus, pero en Londres absolutamente todos, tanto los de ingresos más bajos como los ricos, usan el transporte público. Entonces hay cambios para hacer, como deconstruir algunas ideas que están instaladas, pero también mejorar la accesibilidad y calidad del transporte público. Aunque, por supuesto, siempre habrá quienes usen vehículos particulares, y en esos casos la reducción de la velocidad máxima tiene que ser una política central que se debe abordar de manera integral. Muchos se resisten, pero en Bogotá lo hicimos y bajamos un 20% las muertes, ese es un dato inapelable?, aseguró Ramírez.
Premio A su vez, en el evento se entregaron los Premios a la Excelencia en Seguridad Vial. La Agencia Nacional de Seguridad Vial de la Argentina (ANSV) fue reconocida por la implementación de la ley de tolerancia cero al alcohol al volante.
La implementación de leyes más rigurosas, una infraestructura mejorada y una aplicación más eficaz de las normativas podrían prevenir millones de muertes y lesiones relacionadas con accidentes de tráfico cada año, destacó Michael Bloomberg antes de la premiación, que tuvo lugar en Manhattan y fue impulsada por la fundación que él dirige.
Los premios a la excelencia en seguridad vial buscan reconocer a aquellos que lideran el camino hacia la creación de entornos viales más seguros en todo el mundo, agregó Bloomberg.
La Argentina se destacó en estos premios merced a su ley de alcohol cero al volante, en vigor desde abril de 2023. Esta legislación establece un límite de alcohol en sangre de 0,0% para todos los conductores en las rutas nacionales del país. La iniciativa se basa en el éxito previo de una ley similar implementada en la provincia de Jujuy, en 2018, que implicó una disminución del 37% en las fatalidades viales durante su primer año de vigencia.
La entrega del premio estuvo a cargo del cónsul general de la Argentina en Nueva York, Pablo Piñero Aramburu, en representación del secretario de Transporte de la Nación, Franco Mogetta.
Mogetta sostuvo: Es un orgullo para la Argentina ser reconocida en esta primera edición de los premios a la excelencia en seguridad vial. Es fundamental promover y mantener leyes como la de alcohol cero al volante, que surgió como respuesta a la alarmante estadística que indica que el alcohol está presente en uno de cada cuatro accidentes fatales.
El funcionario nacional añadió:Creemos en la importancia de im- plementar políticas públicas que trabajen en cambiar y mejorar la cultura vial. Durante nuestra gestión, nos enfocaremos en consolidar la conciencia como una política de Estado para abordar problemas urgentes y proteger las vidas de quienes transitan por nuestras vías públicas.
Fuente Alejandro Horvat