Es el 1° de enero de 2009, cerca de las 2 de la madrugada. En Cabildo y Juramento, en un puesto de control de alcoholemia hacen parar a la conductora de un Renault Sandero. La mujer, de 48 años, sopla la pipeta. De regreso de los festejos por Año Nuevo, el test le da positivo: 0,61 gramo de alcohol por litro de sangre, cuando el límite permitido para los conductores de autos particulares es de 0,5. Así se convirtió en la primera persona en estrenar el scoring, el sistema que castiga las infracciones con quita de puntos del registro de conducir a los vecinos de la Ciudad.
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