Entre el complejo en construcción North Beach y el barrio cerrado Villarobles, en los médanos, a unos 300 metros del mar.
Hace un año exacto, en esas coordenadas había restos de plástico blanco. Eran pedazos del cuatriciclo que manejaba Franco Catanzaro, el nene de 7 años que murió luego de cruzarse en una duna con otro rodado, de mayor porte, que cayó encima de él y lo aplastó.
Clarín volvió al lugar de la tragedia, un terreno privado en el Partido de la Costa donde los cuatriciclos están prohibidos por ordenanza municipal desde 2008. La zona de “ollas” sigue sin vallas ni carteles de advertencia y hasta el lugar continúan llegando cuatriciclos con más de un ocupante.
En la mayoría de los casos, circulan sin casco. A esa misma altura pero sobre la playa este diario detectó imprudencias y faltas graves: hasta cinco personas en un cuatriciclo y nenes al volante llevando de acompañantes a otros nenes. Durante la recorrida, no se vieron controles.
Hay más vegetación que el año pasado y por todos lados se ven marcas recientes de cuatriciclos. En algunos médanos al fondo se escucha el “run, run” de los motores. Pasa un hombre en una moto, va parado. Después, otro en cuatriciclo con el casco a medio colocar, casi de adorno. Un adolescente sube y baja por una duna también en cuatriciclo, sin elementos de seguridad. Un UTV avanza rapidísimo y zigzagueando, atrás aparecen otros dos en un cuatri. Tampoco llevan ningún tipo de protección.
En el sector de playa, por el corredor que queda entre los gazebos y los lotes privados, van y vienen cuatriciclos a la altura de Costa Esmeralda, de North Beach y también del terreno en el que murió Franco tras ser embestido por el otro vehículo. Según la autopsia, falleció por un "shock hipovolémico por politraumatismos".
Lo más afectado fue el tórax: sufrió un aplastamiento que derivó en un compromiso del hígado. También tenía un golpe en la cabeza.
Un hombre de gorrita circula en uno azul con tres nenes chiquitos: dos varones atrás y una mujer adelante de él. Ninguno lleva casco.
Cuando ve la cámara de Clarín apunta la cabeza para el otro lado.
Una mujer avanza en un cuatriciclo rojo grande llevando a cuatro niñas y adolescentes. Tres atrás de ella y una cuarta al frente: a la más pequeña le toca sostener el volante. Es la única que lleva un casco, aunque es enorme y está desabrochado.
También hay nenes manejando solos o llevando a algún amiguito. No tienen nada para cuidarse ni la cabeza ni el cuerpo. Pasan cerca de los gazebos, esquivan turistas que caminan por la arena. Durante la recorrida, este diario no se encontró con móviles ni efectivos llamando la atención sobre estas irregularidades.
Consultados por este tema, voceros del Municipio del Partido de la Costa dijeron que “los cuatriciclos están prohibidos en el Partido de la Costa y lo que pase en zonas privadas excede a la Comuna”. Sobre la situación cerca del mar agregaron que “cuentan con seguridad en playa en forma permanente". "Si aparece un cuatriciclo se lo frena”, señalaron, aunque aseguraron no tener problemas vinculados a ésto. No respondieron sobre la cantidad de multas que se hicieron por circulación de cuatriciclos en lo que va de la temporada.
Esta situación se da en la primera temporada en la que se aplica la nueva reglamentación para cuatriciclos de la Agencia Nacional de Seguridad Vial que, entre otras cosas, prohíbe la circulación en zonas urbanas y delimita el uso a corredores seguros y pistas señalizadas. Sin embargo, pocos municipios regularon el uso de estos vehículos y lo hicieron con normas más permisivas.
LA CAUSA PENAL
“En los próximos días, la causa se elevará a juicio oral y público.
Hay dos imputados por homicidio culposo: Agustín Ciari, que manejaba el cuatriciclo que aplastó al nene, y Román Piacentini, el hombre que estaba cuidando a Franco en la playa a pedido del papá de la víctima y que le facilitó el rodado con el que luego se accidentó”, precisa a Clarín Gustavo Mascioli, fiscal de la unidad descentralizada N° 1 con sede en Mar del Tuyú que estuvo a cargo de la instrucción. En caso de que se los encuentre culpables "pueden recibir penas de entre dos y cinco años de cárcel, si la condena supera los tres años será de prisión efectiva”, agrega Mascioli. Franco (7) vivía en Bariloche junto a su mamá y estaba de vacaciones con su papá y la pareja del hombre. Paraban en el barrio cerrado Costa Esmeralda.