En los últimos 100 años los automóviles se han convertido en el centro del mundo, lo que ha cambiado el diseño de las ciudades, haciendo que perdamos tiempo, dinero y calidad de vida. De acuerdo a un estudio realizado por INRIX, una firma consultora, la congestión causada por el exceso de automóviles le costó a Estados Unidos $305 billones de dólares en 2017.
El International Council on Clean Transportation (ICCT) estima que el transporte consume aproximadamente 53% del petróleo producido en el mundo y que más de la mitad de este consumo no renovable de energía lo hacen vehículos, principalmente automóviles.
Según la Organización Mundial de la Salud aproximadamente 4.5 millones de personas murieron prematuramente en 2015 a causa de la contaminación ambiental, incluidos 237 mil niños menores de cinco años.
En términos de seguridad, la cultura del automóvil y de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, más de 1.35 millones de personas mueren cada año en las calles. Muchas de estas muertes suceden en áreas urbanas y los automóviles, autobuses y camiones son los principales responsables.
Los sistemas de monopatines compartidos brindan la oportunidad de masificar los impactos positivos y dan una alternativa de movilidad para los usuarios que, por una u otra razón, no han cambiado sus automóviles por bicicletas.
La micromovilidad está relacionada con vehículos de tamaño humano, sin emisiones de contaminantes de aire, para viajes de corta o mediana distancia, conectados o no a la red de transporte público. Las soluciones de micromovilidad contemplan vehículos ligeros como bicicletas, bicicletas eléctricas, monopatines eléctricos o motos eléctricas, entre otros. Estos vehículos mueven personas.
La micromovilidad es un pilar del concepto de movilidad como servicio (MAAS por sus siglas en inglés), de acuerdo a la discusión llevada a cabo en la Cumbre 2019 del Foro Internacional del Transporte (ITF). Está relacionado con el uso de múltiples medios para atender las necesidades diarias de viaje y demanda la cooperación entre el gobierno y el sector privado.
El transporte público siempre será el encargado de los viajes de larga distancia, pero la regulación debe definir los derechos de todos los actores del ecosistema y todos los nuevos servicios de movilidad. La micromovilidad tiene una gran importancia, cubriendo los espacios en blanco en donde no existen otras alternativas de transporte. La movilidad como servicio es la integración de varias formas de transporte en un servicio de movilidad único, accesible y bajo demanda.
Una de las primeras evaluaciones de micromovilidad realizada por el Gobierno del Distrito de Columbia, Estados Unidos - en diciembre de 2018 - muestra un análisis de la relación entre los sistemas con anclaje y las bicicletas y monopatines eléctricos sin anclaje en Washington, DC. La gente está adoptando los sistemas sin anclaje con poco impacto en el uso de los medios con anclaje. La demanda parece coexistir y demuestra que los ciudadanos están buscando nuevas formas de moverse por las ciudades, de manera más liviana, mejor conectada y ambientalmente responsable.
Recientemente se publicó una encuesta de usuarios de bicicletas y monopatines eléctricos, que muestra información interesante sobre la integración modal y la micromovilidad en São Paulo, Brasil. Alrededor del 12% de los viajes en monopatín eléctrico y el 30% de los viajes en bicicleta se realizaron como complemento del subte y el colectivo. Cubrieron tramos donde el transporte público no llega, trabajando juntos para ofrecer otras opciones de transporte para las personas que desean practicidad y no perder tiempo en el tráfico.
La micromovilidad ayuda a las personas a repensar el espacio público abriendo la discusión sobre el uso tradicional, o privatización, del espacio público para estacionamiento privado de automóviles. Recientemente, el gobierno de Lisboa, Portugal, decidió transformar el área utilizada para estacionar 1,600 automóviles en un espacio para bicicletas y monopatines eléctricos, dando al menos una opción en cada cuadra. Este es un ejemplo de cómo la micromovilidad se está convirtiendo en un pilar en la humanización de las ciudades.
¨¨Si toman este sector de la calle para bicisendas, ¿donde voy a estacionar? Ustedes no consideran lo que necesito”. Singer, Andy; CARtoons (2007).
La micromovilidad es una alternativa más saludable y sostenible para viajes cortos; aumenta la presión para mejorar el diseño de la ciudad desde una perspectiva humana; lleva a las personas reconsiderar la dependencia del automóvil y que trabajen en conjunto con el transporte público. El objetivo es que los usuarios de los monopatines eléctricos y también del sistema de bicicletas, se sientan incluidos en las calles y generen confianza y seguridad en su uso.
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