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Consejos para evitar las discusiones en la calle de Luchemos por la Vida

La agresividad al volante es moneda corrienteen nuestro tránsito y puede devenir en daños graves para los involucrados, hasta la pérdida de una vida. Las causas de ella pueden ser diversas y saber reconocer a un conductor agresivo y cómo evitarlo es clave para evitar problemas.

La organización de la sociedad civil Luchemos por la Vida se preguntó ¿por qué hay tanta agresividad entre los conductores? Y su especialista María Cristina Isoba, esto escribió:

El tránsito nos obliga a compartir el espacio de la vía pública, y pone a prueba nuestra capacidad para convivir y tolerar frustraciones. Conducir es una acción compleja que exige mucho más de lo que parece. Involucra al conductor psicológica y físicamente. Requiere de concentración y un estado de alerta y atención permanentes y una rápida evaluación y respuesta ante imprevistos.

Un conductor, aunque no sufra trastornos de personalidad o esté drogado, si se encuentra estresado, apurado, enfrascado en sus problemas, pendiente de llamadas, distraído, no está en las mejores condiciones para conducir con seguridad, ya que las exigencias y limitaciones del tránsito lo pueden sobrepasar fácilmente, aumentando significativamente la tensión y el malestar interior que obstaculizarán la toma de decisiones correctas. (Para saber más Revista Luchemos por la Vida N° 28)

Muchas veces nos quejamos de lo que hacen los demás al volante, pero tal vez no somos conscientes de nuestra agresividad como conductores.Sin embargo, la conducción agresiva es muy frecuente, por ejemplo, los  bocinazos para  apurar el arranque ante un semáforo o el acoso de los pisacolas que parecen querer empujar al auto que  va delante para que le ceda el paso en la ruta, el zigzagueante  que, sin respetar la velocidad máxima o de flujo de circulación, casi les corta el paso de los que circulan tranquilos, los que le tiran el coche encima a los peatones impidiéndoles el paso allí donde tienen prioridad, sin hablar de los gestos soeces o francos insultos que algunos conductores practican diariamente en su “cálida” convivencia en la vía pública,  a la que muchos conductores se resignan y otros devuelven para no sentirse menos.

A veces, estas conductas derivan en choques o en francas peleas con uso de la fuerza física o las armas. Inclusive, personas habitualmente amistosas y pacíficas parecen transformarse al volante. La ansiedad no es buena consejera en la conducción. El tránsito es un sistema en el que, guste o no, interdependemos unos de otros, en un marco de circunstancias variables y limitantes. Hay conductores seguros y conscientes de ello y de los otros, que por diversas razones, personalidad, preocupaciones, malos hábitos adquiridos, conducen agresivamente, arriesgándose y poniendo en peligro a los demás en la vía pública.

Consejos para evitar a los agresivos al volante:

En una encuesta realizada por Luchemos por la Vida, entre mujeres y varones que conducen de vehículos, el 53% reconoció que insultaba y/o gesticulaba a otro conductor que lo molestaba con sus maniobras y 1 de cada 10 conductores varones, alguna vez, se había trenzado físicamente en una pelea por el tránsito.

Es muy importante mantener el autocontrolante los conductores agresivos, evitar provocarlos o engancharse con sus provocaciones para evitar choques o situaciones de violencia con riesgo de vida.

Evitar provocar. Ya sea, encerrando al sobrepasar, circulando más despacio por el carril izquierdo, pegándose detrás de un vehículo o haciendo gestos obscenos.

No engancharse. Un conductor enojado no puede pelear a menos que el otro se enganche. Usted puede protegerse de los conductores furiosos manteniendo el control.

No responder a una provocación. No provocar con la mirada. Si piensa que el otro conductor lo está siguiendo o intentando comenzar una pelea, pida ayuda, deteniéndose en un sitio con gente.

Poner distancia. Dele a los conductores enojados mucho espacio en el camino.

No tomarlo como algo personal. Mantenerse sereno y no tomar las acciones de los otros conductores como que es contra uno. Pensar que el otro puede tener algún problema serio, que lo motiva a esa acción.

No competir con los demás conductores. No es necesario demostrarle a nadie que se es mejor en algo.

Procurar mantener la calma y tener paciencia ante las condiciones adversas del tránsito.

Pensar que la salud y la seguridad están en juego.

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